Hoy empiezo a escribir este blog, un diario sobre la experiencia personal de vivir un año en Jakarta, capital de Indonesia, en el norte de la Isla de Java.
Desde que me comunicaron hace un par de meses que el destino para las prácticas era Jakarta, no ha pasado un sólo día en que no haya leído alguna información sobre este país.
Desde que me comunicaron hace un par de meses que el destino para las prácticas era Jakarta, no ha pasado un sólo día en que no haya leído alguna información sobre este país.
Preparativos aparte, el hecho de cambiar radicalmente de forma de vida: ciudad, trabajo, amigos..., me genera una gran incertidumbre.
¿Cómo se vivirá en una ciudad superpoblada con atascos constantes, el calor sofocante y que es conocida como el Gran Durián (una fruta apestosa pero muy dulce)?
Y el trabajo: ¿tendré unas funciones interesantes? ¿Los jefes serán competentes? ¿Me llevaré bien con mis nuevos compañeros?
¿Cómo se vivirá en una ciudad superpoblada con atascos constantes, el calor sofocante y que es conocida como el Gran Durián (una fruta apestosa pero muy dulce)?
Y el trabajo: ¿tendré unas funciones interesantes? ¿Los jefes serán competentes? ¿Me llevaré bien con mis nuevos compañeros?
En fin... Tantos y tantos interrogantes por contestar y un poco de vértigo ante el salto que estoy a punto de dar.
El sentimiento se puede tal vez representar en la marioneta de la imagen, una bella wayang kulit, labrada en cuero por artesanos balinenses: una imagen definida pero llena de huecos que se irán completando a la luz de los acontecimientos.
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