Aquí, las complicaciones de la vida en una macro ciudad son completamente diferentes a lo que estoy acostumbrada: encontrar un restaurante, bar o cualquier lugar de ocio es sumamente fácil, mientras que cruzar la calle o dar con la entrada para peatones de un edificio es misión imposible. El miedo a morir atropellada por una moto, bajaj (motocarros), coche, autobús, o lo que sea, aún no me ha abandonado, sobre todo cuando a este caos circulatorio hay que sumarle que en Indonesia se conduce por la izquierda. Tampoco he conseguido aprenderme mentalmente el mapa, ya no de la ciudad (que no he nacido superdotada), sino de la zona en la que vivo. Y todo se debe a que esta ciudad carece de una buena planificación de carreteras por lo que es imposible enterearse de por donde se va, de cómo se cambia de sentido o cuál es la salida que hay que coger... ¡es un misterio!
Cambiando de tema, he de mencionar que ya he sufrido los primeros estragos en mi salud debido al cambio de alimentación y, sobre todo, al cambio constante de calor-contaminado a frio-polar-del-aire-acondicionado. Según otros expatriados, el primer mes en esta ciudad te lo pasas acatarrado. Yo no voy a ser una excepción parece.
Unas cuantas fotos de la ciudad, nube de contaminación incluida...
Calle comercial al lado de mi oficina
Vista desde un puente para peatones: flores tropicales
Jakarta Pusat (el centro)
No hay comentarios:
Publicar un comentario