viernes, octubre 30, 2009

Y Dios creo... ¡el masaje javanés!

¡Ójala todas las primeras veces fueran así! ¡Me han dado mi primer masaje javanés! ¡Me siento como una verdadera iniciada!
Una hora y media del más puro placer para los sentidos. Todo perfecto: los olores, los sonidos, la calma, el tacto suave de las manos de mi adorada masajista...

Empieza una nueva era.

lunes, octubre 26, 2009

martes, octubre 20, 2009

Día de la Hispanidad (= fiesssta en la casa de la señora embajadora)

Otro momento que me apetece comentar aquí, y no porque la fiesta fuera increible ni mucho menos, es la invitación a la casa de la embajadora española en Jakarta con motivo del día de la Hispanidad el pasado 12 de octubre.
Había: muchos españoles, queso manchego, jamón ibérico (aunque les hubiera gustado, no era de bellota...), ensaladilla rusa, sangría (aunque sabía a mango...), y copas, copas y más copas.
No había: música, algarabía, panderetas, cantes populares...
Vamos, ¡que no parecía una fiesta española!!
Hicimos acto de presencia, saludamos amablemente con nuestro: "Encantadas, somos las nuevas becarias de la oficina", y nos fuimos corriendo a tomar una copa a otro lado.
Bueno, a lo mejor no tan corriendo. A lo mejor nos tuvo que echar la embajadora de su casa...
Pero, ¡si sólo eran las 12!


Nosotras



La Spanish Community

lunes, octubre 19, 2009

Viaje a Belitung

Pequeña isla al noreste de Sumatra y primera escapada de fin de semana.
Belitung es un destino perfecto para desconectar del stress de la ciudad, relajarse en sus playas coralinas (de un color blanco radiante) y comer pescado fresco local.
Irse a la aventura, como hicimos nosotras, es fácil y recomendable. Después de una ajetreada semana por Jakarta buscando apartamento mañana y tarde, el mismo viernes, mi compañera Sonia y yo, decidimos comprar los billetes de avión que te ponen en la isla en 40 minutos (sin contar los retrasos...).
Desde que te subes al avión te das cuenta del tipo de vacaciones que vas a tener: somos las únicas "bules" o extranjeras en cabina... Pero es que cuando llegamos a la isla, se hace evidente por el número de personas que nos miran fijamente (eso sí, con su encantadora sonrisa), de que somos las únicas "bules" de la isla!!!!
En el aeropuerto nos damos cuenta del carácter afable de los locales cuando nos ofrecen transporte privado hasta nuestro hotel para evitar los timos de los taxistas. Una vez en el hotel, instaladas en nuestro austero bungalow, pedimos a la recepción que nos consigan un guía con coche para movernos. Después de la consabida negociación por el precio final, nos vienen a buscar en un todoterreno de cristales ahumados, un indonesio que no habla ni papa de inglés. Mediante gestos, intentamos explicarle que nos lleve a cenar a algún sitio "limpio" (claro, que no sabemos qué significa limpio aquí...). Terminamos en un local típico para indonesios comiendo pescado hervido en hojas y arroz, y bastante limpio. Al día siguiente nos lleva de visitas varias: a arreglar el corta césped de su vecina, a ver al único italiano casado con una indonesia y que vive en la isla, a la playa, al chiringuito y, finalmente, a comer unos peces recién pescados por su amigo que estuvo viviendo en Alemania y chapurrea el inglés.
Fin de semana redondo, conociendo costumbres indonesias y respirando la brisa marina que tanto bien produce cuando vives en la contaminada Jakarta.
Volveré a Belitung!

Bungalow

Puesta del sol desde el hotel

En una playa de Belitung

Snorkeling

Cocina del chiringuito

El guía


Siesta en el chiringuito


Las redes de pescar

Barbacoa de coco

viernes, octubre 16, 2009

Primeras Impresiones

Llegué a Jakarta hace 15 días, después de cruzar Europa y Asia en un vuelo de más de 20 horas. Lejos de sentirme extraña, esta ciudad me ha recibido con sencillez y, sobre todo, con grandes sonrisas, las de todos y cada uno de los indonesios que se cruzan en mi camino (el hábito de sonreir permanentemente lo practican todos).
Aquí, las complicaciones de la vida en una macro ciudad son completamente diferentes a lo que estoy acostumbrada: encontrar un restaurante, bar o cualquier lugar de ocio es sumamente fácil, mientras que cruzar la calle o dar con la entrada para peatones de un edificio es misión imposible. El miedo a morir atropellada por una moto, bajaj (motocarros), coche, autobús, o lo que sea, aún no me ha abandonado, sobre todo cuando a este caos circulatorio hay que sumarle que en Indonesia se conduce por la izquierda. Tampoco he conseguido aprenderme mentalmente el mapa, ya no de la ciudad (que no he nacido superdotada), sino de la zona en la que vivo. Y todo se debe a que esta ciudad carece de una buena planificación de carreteras por lo que es imposible enterearse de por donde se va, de cómo se cambia de sentido o cuál es la salida que hay que coger... ¡es un misterio!
Cambiando de tema, he de mencionar que ya he sufrido los primeros estragos en mi salud debido al cambio de alimentación y, sobre todo, al cambio constante de calor-contaminado a frio-polar-del-aire-acondicionado. Según otros expatriados, el primer mes en esta ciudad te lo pasas acatarrado. Yo no voy a ser una excepción parece.
Unas cuantas fotos de la ciudad, nube de contaminación incluida...


Calle comercial al lado de mi oficina


Vista desde un puente para peatones: flores tropicales


Jakarta Pusat (el centro)